La barca en la que navego no avanza. El mar de
arena por el que voy impide que así suceda. Las lágrimas se cristalizan al
salir de mis ojos, ahondando más los cimientos de la impávida extensión por la
que deambulo sin rumbo fijo. Mi corazón, hecho papel y lapicero, bombea una tinta triste y oscura, que pudre mis
sentidos, y no me deja atisbar un horizonte claro hacia el que dirigirme. Mis
manos tratan de remar, pero al tocar los remos se desvanecen cual humo. Un humo
perverso, desdentado y yonki. Mi sangre trata de abrazarse a la esperanza, pero
al tocarla se hace costra. Visto el cartel de bienvenida del páramo hostil y
solitario en el que se ha convertido la vivienda de mi conciencia, decido
acurrucarme en un rincón de mi embarcación, tratando de hacer menos doloroso el
trayecto, intentando refugiarme entre unos brazos asfixiantes y nicotínicos,
que adormecen mi ser y parecen ayudarme hasta que pase la tormenta de mi
desierto particular.
Sin embargo, el jocoso Sol del futuro, se ríe
de mí y abrasa mis entrañas, creyéndose inalcanzable y todopoderoso. Entre el
dolor y las quemaduras, alzo una mano, haciendo ademán de acariciar su
brillante silueta, quemándome más y más. A pesar de ello, reflexiono y pienso "¿Qué
más puede perder un hombre sin alma?"; "¿La vida quizás?"…"Pero… ¿Qué es la
vida sin alma?". El dolor no importa ya. Una vez superado el umbral de la
indecencia, nada más puede rendirse a la inclemencia del abandono. Con esta
idea por bandera, me levanto y salto fuera de mi bote, quebrado y carcomido por
penurias pasadas. Penurias que debo dejar atrás, junto con mis pútridos
sentimientos. Aferrarse al pasado no cambiará el presente.
Ahora puedo ver claramente el oasis hacia el
que debo encaminarme. El Sol huye despavorido en esa misma dirección, tratando
desesperadamente de besar las comisuras de MI
desierto. Desierto por el que ahora puedo caminar veloz y decidido, comiéndole
terreno al futuro, con el mero propósito de alcanzarlo y cambiar las tornas,
haciendo que él se rinda ante mí.
Que comience la carrera.
"Mi corazón, hecho papel y lapicero, bombea una tinta triste y oscura, que pudre mis sentidos, y no me deja atisbar un horizonte claro hacia el que dirigirme."
ResponderEliminarWHOOOOAA!!!